Es por ello que se hace necesario esterilizar a nuestro gato (hembra o macho), entre otros beneficios importantes para el gato, como lo son:
Disminuir la necesidad de salir constantemente a la calle.
Reducir el riesgo de contagios de parásitos e infecciones (Virus de la Inmunodeficiencia Felina y Leucemia Felina).
Calmar su comportamiento sexual que resulta molesto para la mayoría de los dueños, como maullidos constantes de las hembras y el olor del orín de los machos.
Evitar embarazos sicológicos en las hembras, al igual que problemas como tumores, hernias perianales y quistes prostáticos.
Aumentar los años de vida del gato.
¿Cuándo debo esterilizar a mi gato?
Aunque puede ser una decisión trascendental y permanente traerá muchos beneficios al gato, al hogar y a la comunidad, además si se hace a temprana edad, según la médica veterinaria Ana Camen, «la esterilización del gato macho se puede realizar a partir de los siete meses de edad o incluso antes».
Médicos veterinarios recomiendan que este proceso quirúrgico se lleve a cabo entre los 6-7 meses, ya sea machos o hembras, además porque puede representar un cambio mayor en el comportamiento territorial de los machos.
¿Cómo es el proceso de esterilización del gato?
Debido a que es un proceso quirúrgico, es necesario anestesiar al gato, macho o hembra; el procedimiento dura alrededor de 20 minutos. En el que a los machos se les realiza una vasectomía (cortar las vías espermáticas) y a las hembras se les realiza una ligadura de trompas (se cortan los oviductos).
Luego de la intervención se da de alta el mismo día, aunque es posible que se quede en el centro veterinario bajo observación. Posterior a la cirugía es importante administrar los medicamentos recetados por el veterinario y poner un collar isabelino, para prevenir que se lama las heridas.
Fuente: Universomascotas.co
