El Premio Nacional de Geografía (2013) y Doctor en Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, Hugo Romero, manifestó que “el 70% de los territorios en el país no tiene regulación alguna”.

Una situación preocupante ya que, a su juicio, “estos pueden crecer delimitadamente cuando los agentes inmobiliarios lo estimen conveniente, no piensan en el bien común y social, piensan en hacer crecer su capital y reducir los costos de construcción, elevando los valores a precios inalcanzables, lo que le llaman burbuja inmobiliaria, tal y como ocurrió en España y Estados Unidos”.

Romero hizo estas declaraciones al dictar la conferencia “Ecología Política Urbana y sus aplicaciones en Chile”, en el marco de la inauguración del año académico de la Escuela de Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

En este sentido, señaló que las catástrofes que han afectado en los últimos años al país se deben precisamente y en gran medida, a la falta de un plan regulador: “Es perfectamente predecible que para el próximo terremoto que pueda ocurrir en la zona norte, la gente no alcance a escapar en caso que se produzca un tsunami. En lugares como Iquique, por ejemplo, la única manera de evacuación es en alturas, pero la desconfianza y el temor del otro no lo permiten, y así quedó en evidencia para el terremoto de 2014. ¿Por qué ocurre esto?, porque no hay un plan regulador establecido, no prima el bien común ni el derecho humano a la seguridad”.

“Claramente hay falta de responsabilidad social y política. Estas catástrofes, lo ocurrido en el sur, no son hechos naturales o fortuitos como lo argumenta el Gobierno, la gente no murió por las olas sino por decisiones políticas. Las autoridades deben asumirlo como un costo político. La clase política ha separado a la naturaleza para no asumir ningún tipo de responsabilidad”, indicó el académico, quien lleva más de 40 años formando a nuevas generaciones de geógrafos en el país.

En la oportunidad analizó diversas ciudades donde se evidencia la falta de normativas que regule y reordene el territorio. En la zona norte, en el caso particular de Iquique, Antofagasta, Calama y algunos sectores de la Tercera Región, como Chañaral, ciudad afectada recientemente por el aluvión “se da una expresión urbana en medio de la nada. ¿Cómo se puede hacer ciudad en medio del desierto o a la orilla del mar? ¿Quién asume esa responsabilidad?. Cómo vamos a responsabilizar al cambio climático de lo que pasa en estas ciudades y en gran parte del país. Hace falta claramente un plan regulador que pueda dar pautas para mitigar impacto de estas catástrofes”.

En el caso de Santiago el panorama no es mejor. “Estamos idiotizados con la contaminación atmosférica”, dice Romero. El invierno del año pasado fue uno de los más contaminados, alcanzando 53 episodios críticos. Sin embargo, cada año aumenta el parque automotriz, el mayor factor contaminante.

Para el experto la contaminación es una construcción social “la contaminación atmosférica tiene clase social, la contaminación es una construcción social, en donde los que contaminan más no viven en zonas donde se acumula la contaminación. Y ¿cómo se revierte esta acumulación? con más vegetación. Esto es un claro ejemplo de injusticia ambiental”, sostiene.