El sacerdote Justo José Ilarraz, de 59 años, fue condenado por la justicia de Argentina a 25 años de prisión por abuso y corrupción de menores contra siete adolescentes cuando se desempeñaba como prefecto de disciplina y guía espiritual en el seminario Nuestra Señora del Oráculo de Paraná, entre 1985 y 1993 .

Según informa el diario El Clarín, el cura fue imputado por abuso y corrupción de menores mientras ejercía dicha función eclesiástica, determinando el tribunal revocar la excarcelación que gozaba el sacerdote y disponer el cumplimiento efectivo de la pena.

Sin embargo, como el fallo no está firme, dispusieron la prisión preventiva en modalidad de prisión domiciliaria.

La defensa del religioso había pedido el sobreseimiento y, en su ampliación de declaratoria, manifestó que todo era «una conspiración para manchar su imagen«, negando las acusaciones y asegurando que los denunciantes habían actuado así «por celos y envidia«.

Durante el juicio, que se inició el pasado 16 de abril, se escucharon testimonios desgarradores como que el cura “se enojaba cuando demorabas en llegar al orgasmo mientras te masturbaba”, mientras que otra de las víctimas comentó que directamente de penetración y de salidas al departamento de Ilarraz donde había otro seminarista, también víctima de abusos, pero que no está entre los denunciantes.

Los siete ex seminaristas que denuncian ser abusados por Justo José Ilarraz declararon durante el juicio y en todos sus testimonios había una especie de patrón, un esquema coincidente entre ellos que combina ser descendientes de alemanes de orígenes católicos, humildes y rurales, padres alcohólicos, violentos o estrictos y falta de afecto; con el poder representativo para esas familias de un sacerdote que además cuenta con la habilidad de la empatía, capaz de ocupar el terreno que el padre biológico no pudo o no supo cumplir.

El tribunal integrado por Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, darán su única audiencia pública en todo el proceso y se transmitirá en directo por el Canal de YouTube del Servicio de Información y Comunicación del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.

Hay que señalar que Ilarraz fue suspendido por la Iglesia en 2012 para oficiar misas en público, pero antes, en 1993, el entonces arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Esteban Karlic, lo autorizó para que viajara a Roma.

Entre las pruebas presentadas en el juicio en contra del presbítero hay una carta del Vaticano que revela que en una confesión realizada en 1997, el sacerdote reconoció los abusos y mostró arrepentimiento ante el Tribunal Eclesiástico.

Ilarraz confesó ante la Santa Sede haber tenido «relaciones amorosas y abusivas con seminaristas menores«, indicaron algunos voceros de los tribunales que detallaron que el escrito es copia de una carta del 18 de enero de 1997.