El Papa Francisco afirmó en una entrevista a una agencia informativa que no descarta aceptar más renuncias de obispos chilenos involucrados en abusos sexuales, explicando a su vez que el pederasta cura Fernando Karadima es una “persona perturbada”.

En conversación con la agencia británica de noticias Reuters, el pontífice se refirió a las renuncias de tres obispos chilenos por un escándalo de abusos sexuales y denuncias de encubrimiento, afirmando que podría aceptar más renuncias, aunque no especificó si tiene algún nombre ya decidido.

Consultado por el periodista por los casos de abusos sexuales en lo que han estado involucrados religiosos, Francisco manifestó el dolor por la grave situación, que es un drama general extendido en toda la sociedad.

“No me gusta hablar de esto ahora, pero tengo que decirlo. Están las estadísticas. La gran mayoría de los abusos ocurren en la familia y los vecindarios: vecinos, familias, luego en gimnasios, piscinas, escuelas e también en la Iglesia. Algunos podrían decir, «los sacerdote que abusan son pocos”, pero incluso si fuera solo uno, sería trágico porque ese sacerdote tiene el deber de llevar a esa persona a Dios y lo que está haciendo es destruir el camino para llegar a Dios”, expresó.

Además, mencionó que en ese tema ““la Iglesia se ha despertado”, y la lección que he aprendido no es nueva. La había aprendido San Juan Pablo II con los cardenales de los Estados Unidos en el caso de Boston. Benedicto XVI lo había aprendido con los obispos de Irlanda. Yo tuve que tomar una decisión con respecto a los casos en Chile: estudié las quejas y las denuncias con la información que había aquí. Luego mandé a que se investigara y he procedido según las conclusiones elaboradas”.

Sobre Karadima, el jefe de la Iglesia Católica dijo que “es un problema muy complejo, porque mezcla la élite chilena con situaciones sociopolíticas. Las familias dieron sus hijos a Karadima porque creían que la doctrina que impartía era segura, pero lo que ocurría allí no se conocía”.

En ese sentido, mencionó que Karadima es una “persona gravemente perturbada”.

Asimismo, el Papa cita el informe de 2.300 páginas de declaraciones y testimonios que le entregó el obispo Charles Scicluna, su enviado en Chile y describe los numerosos encuentros mantenidos con los obispos de Chile, sin ocultar la opción de aceptar la renuncia de algunos de ellos.

«Me preguntaba qué habría pasado en Chile que el 70% de la población que apoyaba a la Iglesia había caído a menos del 40%. Es un fenómeno difícil de entender. Se cree que allí hay algo de elitismo escondido, pero es una opinión. Ciertamente es la obra del espíritu del mal«, explica el Pontífice.