viernes, abril 19, 2024

El presidente electo de Brasil (Asume el 1 de enero de 2019) aseguró este domingo 16 de diciembre que la pena de muerte, que está prohibida constitucionalmente, es un «asunto cerrado» en el país.

«Además de tratarse de una cláusula pétrea (imposible de alterar) de la Constitución, nunca formó parte de mi campaña. Asunto cerrado antes de que se convierta en el revuelo» del día, señaló el mandatario electo en redes sociales, su principal medio de comunicación con los brasileños.

De este modo Bolsonaro desautorizó a uno de sus hijos, el diputado federal Eduardo Bolsonaro (PSL-SP), que en una entrevista a ‘O Globo’ defendió «la posibilidad de pena de muerte para traficantes de drogas, a ejemplo de lo que ocurre en Indonesia, y para autores de crímenes atroces», según publica el diario este domingo.

Eduardo Bolsonaro, reelegido en las elecciones legislativas de octubre pasado, afirmó incluso que se podría convocar un plebiscito para preguntar a los brasileños sobre esa cuestión, a pesar del veto recogido en la Carta Magna.

«Sé que es una cláusula pétrea de la Constitución, artículo 5, etc… Sin embargo, existen excepciones. Una es para el desertor en caso de guerra. ¿Por qué no colocar otra excepción para crímenes atroces?», se preguntó el hijo del presidente electo.

Eduardo Bolsonaro estuvo de gira en noviembre pasado por Estados Unidos, donde mantuvo encuentros con diversas autoridades de ese país y con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y estos días se encuentra en Chile.

Una encuesta reciente de Datafolha mostró que el apoyo a este tipo de medidas se incrementó en los últimos nueve años. El 57 por ciento de los entrevistados se mostraron favorables a la pena de muerte en la capital paulista, mientras que en 2008 eran el 47. La cifra es la más alta desde 1991, cuando se comenzó a realizar dicha encuesta, informó el instituto.