viernes, abril 19, 2024

Desde mantenciones al casco hasta equipos de navegación: las complejas reparaciones a los buques de la Armada

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Pasan gran parte del año navegando y recorriendo distintos puntos del país en condiciones extremas. Navegan de norte a sur sin importar las dificultades climatológicas, llegando a las zonas más lejanas de nuestro territorio. Son los buques de la Armada de Chile, las grandes embarcaciones reconocidas a nivel mundial por su despliegue y potencia. Cada buque cumple distintas funciones, pero todos comparten la misma necesidad de recibir diversas mantenciones cada cierto tiempo.

Los Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR), tanto en Talcahuano como en Punta Arenas, son los lugares donde cada buque de nuestra Institución recibe reparaciones, las cuales pretenden mantener el más alto estándar de operatividad. Si hay alguien que conoce en detalle cómo se planifican y ejecutan las mantenciones es el Capitán de Fragata (r) Jorge Buzeta, quien lleva más de 20 años trabajando en ASMAR y donde ha aprendido este complejo oficio.

«Para que un proyecto de reparaciones sea exitoso debe existir una excelente planificación, definiendo bien cuáles son los trabajos a ejecutar, como al mismo tiempo saber qué modernizaciones o cambios en los sistemas se ejecutarán. Lo anterior es de gran importancia dada la gran dificultad que tienen las reparaciones de unidades de combate», comenta el Comandante Buzeta.

Se calcula que son cerca de 2.500 personas las que se dedican a las reparaciones de los buques de la Armada. Es personal altamente calificado y especialistas en distintas áreas. Saben que ningún detalle puede quedar al azar, por lo que la planificación es vital para llevar a cabo un buen trabajo.

Por estos días se encuentra en ASMAR Talcahuano el Buque Escuela «Esmeralda», que está recibiendo reparaciones de rutina como lo son el mantenimiento a los generadores, motor de propulsor, caja de engranaje, motores eléctricos, válvulas de casco, entre otros.

Cada reparación requiere la más alta dedicación, la cual va desde 2 semanas o incluso puede superar los 24 meses, según su complejidad. «Las mantenciones son muy demandantes en tiempo, ya que es de suma importancia mantener controlados todo los parámetros, de modo que el proyecto avance bien tanto en sus costos, como en el cumplimiento de plazos que son de gran importancia para la Armada», agrega el Oficial de la Armada de Chile.

Próximamente también llegará hasta las plantas de ASMAR el Buque AP-14 «Aquiles», que viene llegando de un intenso recorrido por su última Campaña Antártica. La embarcación estará desde abril hasta septiembre en este lugar, donde se contempla realizar trabajos de mantenimiento del casco, motores y claraboyas, también reacondicionar sistemas de hélices y caja de engranaje, y el reemplazo de grúa.

De este modo, la Armada de Chile va planificando los períodos de reparación para todas sus unidades, los que dependerán de los ciclos de mantenimiento y de las necesidades de la Unidad, respecto a su estado actual. También es necesario analizar las modificaciones y proyectos especiales junto con ver la carga de trabajo y la disponibilidad de las capacidades de las distintas plantas de ASMAR. Finalmente, el objetivo mayor es mantener el más alto estándar de operatividad a los buques de la Armada de Chile.

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