¿Son tiempos de cambio? Sebastián v/s Sebastián

En la próxima elección presidencial se define al menos el destino de medio siglo para Chile. Será tarea del próximo Gobierno poner en marcha los cambios que la ciudadanía espera y, por cierto, restablecer el orden público perdido desde el estallido social en adelante

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De un tiempo a la fecha todo cambia en Chile. Han sido años convulsionados, donde hemos ido, de tumbo en tumbo, amoldándonos a estos nuevos aires ciudadanos que han convertido la elección presidencial de noviembre en una verdadera incertidumbre.

Ahí tienen a Yasna, a Sebastián y desde su casa en el árbol, al pequeño Gabriel, mirando de reojo como se mueven José Antonio,  Paula y allá a lo lejos, entre cerros y al galope, Sharp con su melena al viento.

Son tiempos de cambio, que duda cabe. Después de 20 años, ese slogan tiene más sentido que nunca. Pareciera, entonces, que en Chile tendremos una carrera presidencial de incierto desenlace. Con la irrupción de nuevos liderazgos y la consagración de otros. Pero esta renovación de los cuadros, ¿permite aspirar a algo más o es un simple reacomodo de piezas? Vamos por parte, porque todo es confuso y contradictorio.

La irrupción de Yasna Provoste era esperable, aunque en extremo tardía. La senadora DC, pareció darse un gustito personal y esperó dar Cuenta Pública del Congreso Nacional, para dar el vamos a su precandidatura presidencial. No sin antes rayar la poca pintura que queda en la figura del Presidente de la República.

Pero, tarde llegó Yasna. Es difícil que su coalición logre movilizar la cantidad de electores mínimos que permita al conglomerado verse competitivo y no ser opacado por el triunfo de Gabriel Boric y particularmente, del ex DC Sebastián Sichel.  Recuerde usted que los pactos de ambos candidatos sumaron más de 3 millones de votos. La centro-izquierda, aglomerada en eso que denominaron Unidad Constituyente, está atrapada y debe zanjar en breve una opción que les permita tener candidato o candidata único, en noviembre próximo. Corren con desventaja y por lo mismo, las cúpulas del PS, PPD, PR, PRO y la DC deben estar, mientras usted lee esta columna, en la cocina política.  De no lograr un resultado positivo, llegar a La Moneda es casi imposible.

El peligro mortal del abrazo del «oso Piñera»

Al otro lado y en el extremo, mientras Sebastián Sichel era felicitado por Lavín, Briones y Desbordes tras la primaria; José Antonio Kast, comunicó por Canal 13 que él compite en primera vuelta. Sabe que este es el momento de elegir parlamentarios Republicanos y de paso, dar la “estocada final” a la UDI, ya que muchos de esos militantes votarán por él y los candidatos Republicanos. Por tanto, aquí debiera producirse el primer cambio importante en la derecha chilena después de noviembre próximo. La votación del partido Republicano será a expensas del gremialismo qué tras la elección de primera vuelta, debiera pensar muy enserio en renovar sus contenidos o simplemente refundarse.

En este escenario cambiante y en medio de un proceso con incierto desenlace, “Sebastián” debe moverse bien y rápido. Kast se lleva parte de la torta en el extremo derecho. Inexorablemente, entonces, Sebastián Sichel, debe crecer al centro. Para eso no necesita mayormente a los partidos. Debe tener claridad que ya no suman como antes. Por tanto, son parte del equipo. Importantes, pero una parte menor. Quien pretenda hacer presiones políticas o amenazar con restarse, como antaño, solo hará el ridículo. El “anti-partidismo” es el sino de estos tiempos y las banderas que enarbola Sichel critican abiertamente la vieja forma de hacer política. Es un plus, entonces, sobre otras candidaturas y él no debe perderse ningún segundo.

Su problema es y será Sebastián v/s Sebastián. La credibilidad del candidato Sichel puede verse opacada por el inquilino de La Moneda, por cuanto ya en estos días habría cometido el error de querer abordar la elección presidencial, en una reunión con diputados de Chile vamos, a la que asistió menos de la mitad de los parlamentarios, con una frase para el bronce: “Para ser Presidente se necesitan 3 cosas: ser de centro, llamarse Sebastián y ser independiente”, habría señalado Sebastián Piñera. En mi opinión, el equipo de campaña debe esmerarse al máximo en contener cualquier abrazo del oso que quiera darle Sebastián a Sichel. Es más fácil que se hunda por eso a que pierda con Boric.

El gran desafío de Sebastián Sichel será armar un gran equipo territorial, con independientes y figuras locales. Le recomiendo escuchar más a los alcaldes y concejales, que a los parlamentarios del sector. El municipalismo en la derecha puede permitirle llegar a todo el territorio, pero por sobre todo puede aportar insumos que otros actores políticos no ven y que le permitirían desarrollar un programa y un discurso que aborde las grandes transformaciones sociales que los chilenos hoy reclaman a sus autoridades, potenciando sus propios atributos.

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