«La anticipación inadecuada de la magnitud de los grandes terremotos en Sumatra (2004), Chile (2010) y Japón (2011) se debió a una dependencia excesiva de registros históricos breves que no tuvieron en cuenta la variabilidad en el tamaño del terremoto, el estilo de ruptura, el tsunamigénesis y la existencia de superciclo» señala el estudio titulado «La evidencia geológica de un tsunami histórico en Chile no reportado revela inundaciones más frecuentes», publicado por Nature este 9 de diciembre.
La investigación etermina que, hasta la fecha, se pensaba que los terremotos que ocasión tunamits se había producido en la costa central del sur de Chile en tres ocasiones desde 1570, incluido el suscitado tras el terremoto ocurrido en ese país en 1960 de magnitud 9,5.
Sin embargo, este descubrimiento del tsunami no registrado significa que estos fenómenos podrían haberse generado en la costa chilena con más frecuencia de lo que se creía hasta ahora.
Así, se concluye que: «Estos resultados proporcionan un apoyo adicional para la variabilidad espacio-temporal en las rupturas dentro de un superciclo entre los terremotos de 1575 y 1960 M w > 9. Este estudio destaca que los registros históricos pueden no proporcionar una documentación completa de la ocurrencia y las características de los terremotos y tsunamis que ocurrieron durante el período histórico. La evidencia geológica es esencial no solo para extender la historia de terremotos y tsunamis al pasado, sino también para verificar y complementar los registros históricos. Esto tiene importancia global en cualquier lugar donde pueda haber problemas de informes de eventos ausentes o incompletos, o pérdida de registros, particularmente en tiempos de crisis local o nacional».
Un tsunami no registrado
Investigadores de las universidades de Northumbria y York en el Reino Unido trabajaron para investigar sedimentos dentro de los pantanos en Chaihuín, cerca de Valdivia, una zona cercana al área donde impactó el terremoto en 1737.
Tras analizar 130 núcleos de sedimentos detectaron evidencias de capas arenosas extendidas, que databan del mismo periodo del terremoto, que se parecían estrechamente a depósitos creados por olas de tsunami en otras áreas.
Sus hallazgos mostraron que el terremoto de 1737 se produjo principalmente lejos de la costa, en profundidades mucho más superficiales que las indicadas previamente en los registros históricos.
Por todo ello sugieren que los registros geológicos e históricos se valoren a la vez a la hora de hacer predicciones de riesgos futuros de tsunami, al considerar que únicamente los registros históricos podrían no proporcionar documentación completa de sus ocurrencia y características.
¿Más tsunamis con más frecuencia de lo pensado?
«Hay registros de un terremoto en el área en 1737, pero no hay nada que indique que generó un tsunami. Sin embargo, hemos hallado evidencias que sugieren que el terremoto ocasionó, en efecto, un tsunami», dijo Emma Hocking, del Departamento de Geografía y Ciencias Medioambientales, y responsable de la investigación.
Según la experta, «la implicación de esto es que se produjeron tsunamis con más frecuencia de lo que se pensaba previamente» y alerta de que «el uso de registros históricos solos podrían llevar a cálculos erróneos».
«La evidencia geológica es esencial para verificar y suplementar los registros históricos a fin de obtener patrones robustos a largo plazo que informen de evaluaciones sísmicas y de tsunamis», apuntó.
